Infusiones y otros remedios naturales para combatir la cistitis
La cistitis suele deberse en las mujeres a una infección ascendente procedente de la vagina a través de la uretra, o a través de las vías circulatorias y linfáticas. El frío y la humedad (por ejemplo en tiempo lluvioso) favorecen la aparición de la cistitis.
La enfermedad se manifiesta de forma clara y dolorosa por una necesidad frecuente de orinar, que continúa una vez expulsada la orina, así como por escozor y micción dolorosa.
A causa del frecuente vaciado de la vejiga, sólo pueden expulsarse unas cuantas gotas, y de forma especialmente dolorosa. La orina tiene a menudo un ligero color rojizo y un aspecto turbio, y la presencia ocasional de la sangre hace que huela mal; en un estadio agudo puede aparecer fiebre.
En las mujeres, una causa muy frecuente es una limpieza insuficiente de la zona urogenital, que permite que las bacterias lleguen a la uretra. En casos crónicos también puede ser consecuencia de tuberculosis.
Si desde hace años arrastra una inflamación sin tratarla, o tratándola de forma insuficiente, puede producirse una atrofia en la vejiga: este órgano tiene capacidad para muy poca orina, y la persona siente una necesidad urgente y frecuente de expulsarla.
El médico debe ser el encargado de prescribir un tratamiento para la cistitis. En un estadio agudo hay que guardar cama y mantener caliente la zona abdominal con una botella de agua caliente, o llevando bragas de lana. También hay que beber mucho, porque así se reduce el dolor al orinar.
Maíz
Se trocea finamente la cabellera del maíz, se echa una cucharadita en una taza, se añade agua hirviendo, se deja reposar medio minuto y se cuela. Se toma una cucharada de esta infusión cada dos o tres horas. Lo más práctico es llenar un termo previamente calentado con la ración del día.
Baño de asiento de ortiga muerta
Se dejan en remojo 100 gr de ortiga muerta blanca o amarilla en un cubo de 5 litros de agua fría durante 12 horas. A continuación se calienta la mezcla, se cuela y se añade al agua del baño. El agua de la bañera debe cubrir los ríñones, y la duración del baño no debe exceder los 20 minutos. A continuación no debe secarse, sino envolverse en un albornoz y sudar una hora en la cama.
Aparte de los baños de asiento, se debería beber una taza diaria de infusión de ortiga muerta, que se prepara de la siguiente manera: se echa en una taza una cucharadita colmada de esta hierba, se añade agua hirviendo, se deja reposar medio minuto, se cuela y se bebe.
Baño de vapor de equiseto menor
En un recipiente con cuatro cucharaditas de equiseto menor se añade un litro de agua hirviendo. Envuelta en un albornoz, póngase en cuclillas sobre el recipiente y deje actuar los vapores del extracto sobre la vejiga durante 10 minutos.
Una variante consiste en esparcir las hierbas sobre un paño limpio una vez que se ha añadido el agua hirviendo, y colocarlo como cataplasma sobre la zona de la vejiga.