El poder curativo del eneldo
El eneldo, perteneciente a la familia de las umbelíferas, es una planta anual, muy parecida al hinojo, con el tallo estriado, hueco y erecto, ramificado en la punta, que, en condiciones óptimas, puede alcanzar hasta 1 metro de altura.
Sus hojas son aromáticas plumadas y alternas y las flores, amarillas, están agrupadas en umbelas. Sus semillas son ovaladas y planas.
La planta requiere de tierra rica en nutrientes y bien drenada y mucha humedad para crecer bien. Las hojas se pueden usar frescas, y las semillas se recogen a finales del verano.
El eneldo es muy empleado en el mundo culinario especialmente sus hojas frescas que se usan en ensaladas, guisos y preparaciones con pescado para darles sabor.
Igualmente, sus hojas deshidratadas y semillas se utilizan como especias para la elaboración de ciertos productos alimenticios como encurtidos, vinagres aromatizados, aromatizantes de conservas, chucrut, salsas, etc.
En Europa nororiental y en Rusia es usual su uso en la preparación de vegetales encurtidos (pepinillos). Es una de las pocas hierbas que se usan en la cocina de los países bálticos. Forma parte del khmeli-suneli (mezcla de especias de Georgia) Se usa en las recetas de salmón marinado y conservas de arenque. En los guisos o estofados debe añadirse al final de la cocción, para evitar eliminar todo el aroma.
Propiedades nutritivas y curativas del eneldo
Sus propiedades curativas se conocen desde tiempos remotos. Aparece nombrado en el Papiro de Ebers (1550 a. C.) como un remedio para calmar el dolor. Los griegos lo aplicaban a los ojos para inducir el sueño y para evitar los ataques de epilepsia y los romanos decían que aumentaba la fuerza física.
Durante la Edad Media, al eneldo se usaba como talismán contra la brujería, para pociones amorosas o como afrodisíaco. Su cultivo en Europa se inicia a partir del medievo, gracias a que los monasterios extendieron su cultivo.
Su nombre en inglés, dill, proviene del escandinavo dula, calmar, en alusión a las propiedades calmantes digestivas de la planta.
En la actualidad, se ha podido comprobar que el eneldo es carminativo (favorece la expulsión de gases) y estimula las secreciones digestivas. Por ello, su infusión es empleada para combatir la indigestión provocada por el estrés, los calambres gástricos y la flatulencia.
Además, el eneldo tiene propiedades antiespasmódicos, antisépticos, diuréticos, y empécticas (alergias en la piel). En este último caso, se puede aplicar externamente para aliviar el picor y reducir la hinchazón. Las semillas frescas se mastican para perfumar el aliento.
Su aceite esencial, rico en carvona y limoneno, se extrae por destilación al vapor y se emplea en la industria farmacéutica.
Se considera, también, anticancerígeno, ya que incrementa los niveles de enzimas hepáticos implicados en la desintoxicación de carcinógenos.
Infusiones medicinales con el eneldo
Remedio para combatir resfriados, catarros y procesos bronquiales Verter 1 cucharada de eneldo en una taza de agua que esté hirviendo. Tapar y dejar refrescar. Tomar 1 taza de esta infusión dos veces al día hasta lograr mejoría.
Remedio para aliviar los gases (flatulencias) e indigestiones Verter 1 cucharada de semillas de eneldo en una taza de agua que esté hirviendo. Tapar y dejar refrescar. Tomar 1 taza de esta infusión tan pronto se sienta los síntomas.
Otros remedios
Remedio para el mal aliento Masticar las semillas de eneldo con el fin de prevenir la halitosis.
Precauciones
No debe consumirse durante el embarazo y la lactancia.
No es recomendable para niños menores de seis años ni para pacientes con gastritis, úlceras gastroduodenales, síndrome del intestino irritable, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, hepatopatías, epilepsia, Parkinson u otras enfermedades neurológicas.