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A veces, después de pequeñas lesiones en la piel, aparecen unos tumorcillos dolorosos de muy rápido crecimiento. Generalmente se trata de abscesos de distinta gravedad.

En la mayoría de los casos, los agentes causales de los abscesos son bacterias, virus, etc, especialmente el denominado Staphiloccocus aureus. Igualmente, estas lesiones pueden estar provocadas por sustancias químicas, como, por ejemplo, el petróleo y sus derivados.

Es característica la rapidez y claridad con que, en torno a una zona central llena de pus, se extiende un anillo de tejido enrojecido.

En casos más serios se advierte asimismo la tumefacción de los ganglios linfáticos próximos a la zona afectada, o bien el aumento de la temperatura corporal. Si el proceso inflamatorio adquiere tales características, se ha de visitar inmediatamente al médico.

Como complemento del tratamiento médico, se pueden elaborar infusiones, tanto para uso interno como externo, con el fin de depurar el organismo,  ablandar la zona purulenta y para facilitar el natural drenaje de las materias infecciosas generadas. A continuación algunas infusiones para combatir los abscesos.

Infusiones para combatir los absceso

Infusión para el absceso  con manzanilla Se añaden tres cucharaditas de manzanilla a un cuarto de litro de agua hirviendo y se remueven. A continuación se deja reposar la infusión durante diez minutos. Después de colarla, cuando todavía está caliente, se empapa en ella un paño o compresa y se aplica directamente sobre la región afectada. El tratamiento debe repetirse varias veces al día.

Infusión para el absceso con tomillo, manzanilla y serpol Se mezclan, en cantidades iguales, tomillo, manzanilla y serpol, y se toman 250 g del producto, que se calienta sin llegar a hervir en dos litros de agua. Después de diez minutos, se cuela todo el material y se comprimen los restos de hierba retenidos en el colador. El líquido resultante se aprovecha para lavar la región afectada, mientras que pequeñas cantidades de la infusión sirven además para la preparación de compresas.

Infusión para el absceso con tomillo, serpol, alholva y semillas de lino  Se mezclan, a partes iguales, tomillo y serpol, alholva y semillas de lino. A continuación se toman tres o cuatro cucharaditas del preparado para hacer una infusión con medio litro de agua hirviendo. Después, se deja reposar quince minutos y se cuela. Por último, se aplican las compresas, previamente sumergidas en la infusión caliente, sobre el absceso. El procedimiento ha de repetirse durante el día tantas veces como sea posible.

Infusión para el absceso con ortiga, violeta y trinitaria para combatir  Hacer un compuesto con dos partes de ortiga, una de violeta y una de trinitaria. A continuación se vierte una cucharada de este preparado en una taza de agua. La infusión resultante ha de reposar cinco minutos. Una vez colada, se recomienda tomar de tres a cuatro tazas al día.

Remedios naturales para el absceso

Remedio para el absceso #1 Preparar un aposito con una cucharada de pulpa de aloe sobre una gasa o género limpio, y aplicarlo sobre la pústula o forúnculo. Reiterar las aplicaciones cuatro o cinco veces por día.

Remedio para el absceso #2 Tomar un baño de sol a tempranas horas de la mañana dejando descubierto la zona afectada por el absceso.  El calor producido por los rayos de sol facilita la llegada de la sangre y que el absceso se vaya secando.

Recomendaciones

Los abscesos grandes deben protegerse con un pequeño vendaje, una tirita amplia o algo similar debido al riesgo que tienen de romperse y contaminarse aún más.

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