Infusiones con anís para la digestión, gases y tos
El anís es una planta herbácea, anual, perteneciente a la familia de las umbelíferas, la cual es originaria del este de la cuenca mediterránea; es decir, islas griegas, Egipto y Asia Menor
Èste tiene el tallo ramoso, las hojas son primero casi redondas y después laciniadas y las flores pequeñas, blancas y dispuestas en una umbela. Las semillas son pequeñas, de color verdoso y aromáticas, de sabor agradable.
Actualmente es naturalizado en Asia, América del Norte y Europa. Los principales países cultivadores son España, Francia, Italia, México, etc.
En España se multiplica por semilla, la cual se siembra en el suelo bien mullido. La siembra se hace a voleo, empleando 10-15 kg/ha, o en surcos separados 0,8-1 m con 4-5 kg/ha. Una vez germinadas las semillas, se aclaran las plantitas; se mantiene el suelo limpio de malas hierbas (empleo de herbicidas) y se riega si es preciso. Se utilizarán con preferencia abonos inorgánicos, pues son de efecto inmediato.
Antiguamente se usaba contra las mordeduras de serpiente, o con un sentido mágico para no sufrir pesadillas. Fue con los griegos y, posteriormente, con los romanos, cuando comenzó a usarse como planta aromática.
En el siglo XIV, se introdujo en Europa para aromatizar el pan, «pan de anís», muy apreciado en países como Alemania y Austria. En la Edad Media fue una especia sumamente apreciada y cara, junto con otras como el hinojo o el cilantro. Hoy en día, en el norte de Europa el anís se añade a los pepinillos para obtener un sabor agridulce
Propiedades curativas
En los tiempos clásicos de los antiguos griegos y romanos, los licores con sabor a hierbas eran usados para varios propósitos medicinales como refrescar el aliento, aliviar los gases, estimular la producción de leche en las mujeres que estaban dando el pecho, y ayudar a expectorar el exceso de flemas y éstos pueden ser solamente unos pocos usos que se le daban en la antigüedad.
Actualmente, los expertos herboristas pregonan particularmente las propiedades del anís como un auxiliar en la digestión y un carminativo (que desahoga los gases). El anís es muy seguro, y cualquiera que tenga desarreglos estomacales o gases puede tomarlo.
El anís también puede ser efectivo para aliviar los cólicos en los bebés. En este sentido, es importante señalar que las personas tienden a usar más el eneldo y el hinojo para este propósito, pero todos tienen las mismas propiedades. Ese principio activo es un aceite esencial rico en anetol, que proporciona al anís su característico y agradable aroma.
Infusiones medicinales
Infusión con anís para el catarro de garganta Mezclar, a partes iguales, hojas de malva, anís verde, manzanilla, salvia y menta y verter en un litro de agua. Hervir por 10 minutos y tomar, una vez fresco, 3 tazas al día.
Infusión con anís para mejorar la digestión Mezclar 20 gr. de cada de anís verde, manzanilla y centaura, y 15 gr. de raíz de genciana en medio litro de agua. Hervir por 10 minutos. Tomar 1 taza de esta infusión después de cada comida.
Infusión con anís para combatir la tos: Mezclar a partes iguales gordolobo, anís, tomillo, yemas de abeto y cardo santo y extraer 1 cucharada de la mezcla. Verter en una taza de agua que esté hirviendo. Tomar de dos a cuatro tazas al día convenientemente repartidas y algo calientes.
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Infusión de anís para combatir los gases: Mezclar a partes iguales anís, hinojo, cilantro y alcaravea y extraer 1 cucharada. Verter en una taza de agua que esté hirviendo. Tapar y dejar refrescar. Colar y tomar 3 tazas al día.
Infusión de anís contra la debilidad del corazón: Mezclar 15 gr. de anís verde, 10 gr. de cada de espliego y milenrama, y 5 gr. de levístico y extraer 1 cucharadita de la mezcla en una taza de agua que esté hirviendo. Tomar 2 tazas al día.
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