Infusiones de ginseng afrodisiaca y antifatiga
El uso del ginseng se remonta a 5.000 años atrás cuando en el este de Asia ya se conocían sus virtudes para combatir la fatiga y recuperar el equilibrio orgánico.
Los indígenas de América del Norte empleaban el ginseng para los problemas estomacales y bronquiales, así como también para el asma y el dolor en el cuello.
Actualmente, se han realizado varias investigaciones donde se ha podido determinar que la raíz del ginseng tiene un gran poder curativo debido a que contiene ginsenósidos, sustancias que actúan como fitohormonas, mejorando el equilibrio hormonal, y que ayudan al organismo a adaptarse mejor a situaciones de estrés.
Además, también potencia la actividad de las glándulas suprarrenales, unas pequeñas cápsulas encima de los ríñones que fabrican un gran número de hormonas muy importantes en la inflamación, el estado de alerta, el equilibrio del metabolismo de grasas y la glucosa.
Uno de los principales beneficios del ginseng es el de reducir la fatiga tanto física como mental que sufrimos en los países desarrollados por las prisas, las tareas familiares, los estudios, las largas jornadas laborales, entre otros.
Igualmente, tiene efectos beneficiosos en las glándulas sexuales. Por esa razón, se considera un afrodisiaco especialmente cuando se va perdiendo el deseo sexual.
Es importante observar que en la composición del gingseng también aparecen nutrientes importantes como las vitaminas de grupo B, la vitamina C, aminoácidos (alanina, cisteína, glicina, Usina, prolina y serina) y sales minerales (aluminio, cobalto, fósforo y magnesio).
Aunque se aconseja el consumo del ginseng natural, también se puede consumir en presentaciones en polvo, en extracto en polvo, en extracto líquido o concentrado, en gránulos para hacer té instantáneo, en tintura, en base aceitosa, en tabletas y en cápsulas.
Lo importante es que estas presentaciones no contengan azúcares ni colorantes, y deben ser elaborados a base de ginseng puro. Esto se debe al hecho que muchos fabricantes de suplementos les adicionan ginseng a productos combinados; sin embargo, esos productos suelen tener cantidades tan bajas de ginseng que son ineficaces.
Es necesario observar que el ginseng está contraindicado en caso de hiperestrogenismo, hipertensión, taquicardia, insomnio, síndromes febriles, estados de ansiedad, excitabilidad o embarazo. Igualmente, no se debe tomar café ni té mientras se está consumiendo el ginseng.
A continuación se presentan dos recetas de tisanas de ginseng una para activar el deseo sexual y otra para combatir la fatiga.
Infusión antifatiga de ginseng y melisa
Ingredientes
250 mi de agua
1 g de raíz triturada (seca) de ginseng
2 g de hojas secas de melisa
1 cucharada de miel de azahar
Preparación
Cocer durante 3 minutos el ginseng. Colocar en una taza aparte las hojas de melisa y verter sobre ellas el cocimiento de ginseng. Tapar y dejar reposar durante 10 minutos. Colar y agregar un poco de miel.
Beber en ayunas la tisana durante un mes o mes y medio, descansar un mes y volver a tomar otro mes.
Infusión afrodisiaca de ginseng y vainilla
Ingredientes
250 mi de agua
1 g de raíz seca, rallada o pulverizada de ginseng
1 g de fruto seco de vainilla
1 cucharada de miel de azahar
Preparación
Hervir, durante tres minutos, el agua con el ginseng. En una taza aparte, colocar la vainilla y verter sobre ella el cocimiento recién retirado del fuego. Tapar y dejar reposar por aproximadamente 10 minutos. Pasado este tiempo, filtrar, añadir y disolver la cucharada de miel.
Beber por la mañana en ayunas la tisana durante un mes y medio, después descansar tres meses y volver a tomar otro mes.
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