PostHeaderIcon La genciana en el mundo de las infusiones medicinales

Hay varias especies de genciana y, aunque la más conocida es la genciana lútea que tiene las flores amarillas, también la especie con flores color zafiro presenta las mismas propiedades medicinales.

Es planta de alta montaña, donde crece hasta los 2.400 metros; apenas se la encuentra en los Pirineos.

Sus principios activos son taninos, principios amargos (la amarogencina es la sustancia más amarga que se conoce) y glucósidos (genciopicrina, genciomarina y genciina). Los principios amargos en ella contenidos son de tan alta cantidad que incluso después de diluirla en 20.000 partes de agua todavía conserva el sabor amargo.

De la genciana se utiliza la raíz seca, que se recolecta en otoño. Se recoge después de los 10 años de vida y con una sola raíz gruesa, que puede llegar a pesar hasta 7 kg, se pueden hacer preparaciones herborísticas durante mucho tiempo.

Los antiguos ya la administraban para curar los trastornos hepáticos e intestinales, contra los parásitos, como estimulante general de las funciones digestivas, como febrífugo (sustituía a la quina) y diurético.

Estas consideraciones han permanecido inalteradas ya que todavía se la considera de suma utilidad en todos estos casos, por lo cual la emplearemos en las digestiones difíciles, en la flatulencia y en la atonía hepática, biliar y estomacal.

Estudios más recientes han conferido a la genciana virtudes aperitivas (estimula la secreción salivar), tónicas (tonifica el organismo en general) y estimulantes del sistema inmunitario (aumenta los glóbulos blancos).

El doctor Leclerc consideraba a la genciana el «más perfecto» de los amargos puros, y añadía que, «desprovista de astringencia, tonifica sin irritar; su influencia bien manifiesta sobre la secreción de la saliva le permite impresionar los nervios gustativos y contribuir al acto primordial, que es como la condición sine qua non de la génesis del apetito».

Incluso los trastornos más agudos del estómago remiten rápidamente tras la ingestión de una tisana de genciana.

Se utiliza en medicina natural para curar la temida anorexia y la anemia, además de emplearla en todo caso en que se necesite reforzar el sistema inmunitario: debilidad después de una enfermedad larga, convalecencia, anemia, etc.

La propiedad leucógena, o sea estimulante de la producción de glóbulos blancos (leucocitos), destina la genciana a la cura y prevención de enfermedades infecciosas; asimismo, puede constituir una ayuda en los tratamientos naturales contra el cáncer y el sida. Puede considerarse también válida como depuradora de la sangre.

Remedio diurético
Hervir durante 5 minutos 1 cucharadita de raíz de genciana en una taza de agua. Beber 1 taza al día.

Remedio para la indigestión
Se prepara macerando durante 4 horas 3 gr de genciana en una taza de agua fría.

Precaución
No hay que abusar en las dosis porque puede provocar vómitos y está contraindicada en las personas que sufren de estómago irritable y de hiperactivo. (úlceras gastroduodenales, por ejemplo). También debe evitarse durante la lactancia, porque su sabor amargo pasaría a la leche, que resultaría así desagradable para el bebé.

 

 

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