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El naranjo es un árbol, perteneciente a la familia de las rutáceas, que llega a medir hasta siete metros y medio de altura.

Su origen exacto se desconoce, pero se cree que proviene del sudeste asiático, de donde se pudo extender al noreste de la India, Birmania y China, para con el tiempo llegar hasta África, Arabia y Tierra Santa, y de allí a todo el Mediterráneo.

Sus flores son blancas, delicadas y perfumadas, y su fruto es la naranja, cuya cascara contiene glándulas con aceites volátiles en los agujeritos.

Se considera que el término «naranja» procede del sánscrito. A finales del siglo XII ya se cultivaba en Sevilla, lo que dio a la naranja amarga la denominación de naranja sevillana.

Las hojas pueden recolectarse en cualquier estación del año, lo único imprescindible es elegir las más verdes, firmes y olorosas.
En cuanto a las flores, se recogerán por la mañana temprano cuando empiezan a abrirse o aún están encapulladas; lo primero que debe hacerse es eliminar todas sus partea verdes.

Tanto las hojas como las flores deben secarse a la sombra y con la mayor rapidez posible para evitar que pierdan la esencia que contienen, que es muy volátil. Una vez secas, se guardarán en frascos bien cerrados y al abrigo de la luz y la humedad.

La corteza de las naranjas debe secarse con lo mínimo posible de parte blanca, y también se secará tan de prisa como sea posible y a la sombra.

Propiedades curativas

Las naranjas son una fuente de primer orden de vitamina C así como una buena fuente de vitaminas del grupo B, vitamina A, fola-to y fibra alimentaria, calcio y potasio. Su elevado contenido en vitamina C, el principal antioxidante hidrosoluble del cuerpo, ayuda a prevenir los daños internos y externos del cuerpo y favorece el funcionamiento adecuado de un sistema inmune sano.

La amarga piel de la naranja es un estimulante del apetito y su infusión es buena para combatir los trastornos digestivos y la deficiencia de jugos gástricos, para las dolencias gastrointestinales y para la prevención de protuberancias
anormales.

Las naranjas son antiescorbúticas.  Igualmente, la infusión de las hojas provoca sudor y calma los nervios; se usa en el insomnio, convulsiones y epilepsia. Latidos del .corazón, si éstos provienen de la nerviosidad, se calman con una taza de infusión de las hojas a dosis indicada.

Las hojas y las flores contienen un aceite esen-naranjo cial suave, el aceite de azahar.

La Comisión E alemana la incluye también para tratar las malas digestiones ocasionadas por la hipoclorhidria.

El sabroso amargor de la mermelada de naranja sevillana se atribuye a sus triterpenos y flavonoides. El triterpeno limoneno del aceite esencial de naranja le proporciona su fragancia y sabor cítricos característicos, que actúan únicamente mediante el aroma para estimular el apetito. Los flavonoides hidrosolubles de la cáscara de naranja son muy antioxidantes e inmunoprotectores.

Infusiones con el naranjo 

Infusión digestiva con naranjo Verter en un litro de agua que esté hirviendo 20 g de hojas, dejar reposar por 15 minutos, colar el líquido y tomar dos o tres tazas al día, uno antes de las comidas.

Infusión con naranjo para los nervios Verter en un litro de agua que esté hirviendo 100 g de hojas, dejar reposar por 15 minutos, colar el líquido y tomar dos o tres tazas al día siendo el último antes de dormir.

Infusión con naranjo para el insomnio Verter en una taza de agua hirviendo una cucharada de flores, dejat reposar pot 10 minutos y colar. Beber dos o tres tazas al día siendo el último justo antes de dormir en la noche.

Precauciones

Las naranjas dulces y su zumo se consideran seguras para el consumo sin restricciones.

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