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El organismo requiere de vitaminas y minerales para elaborar toda esa gran cantidad de enzimas, hormonas y otras sustancias químicas para su correcto funcionamiento.

Sin embargo, las vitaminas y los minerales juegan otro papel crucial en el cuerpo; actúan como potentes antioxidantes que capturan los radicales libres.

En este sentido, surge la siguiente pregunta: ¿Qué son los antioxidantes y los radicales libres?

Los radicales libres

Los radicales libres son átomos de oxígeno inestables producidos por los procesos naturales del organismo y por los efectos de las toxinas, como el humo del cigarro. Los radicales libres son muy reactivos y dañan mucho a las células, pero no son totalmente malos, ya que se usan como parte del sistema de defensa del cuerpo contra las bacterias invasoras.

Para observar con mayor claridad este dato tomemos, como ejemplo, cuando se maneja un automóvil, la gasolina se quema al combinarse con el oxígeno en los pistones del motor. El automóvil se mueve por la energía liberada, pero también genera humo de desecho como un producto secundario. Algo muy similar sucede en las células del organismo.

Cuando el oxígeno se combina con la glucosa en las células, por ejemplo, se genera energía, y también se elaboran radicales libres que son el equivalente al humo del escape del auto. Los radicales libres son átomos de oxígeno a los que les falta un electrón del par que debe tener el átomo.

Cuando en un átomo falta un electrón, éste se vuelve inestable y muy reactivo. Y es porque el radical libre quiere encontrar desesperadamente a otro electrón para suplir la carencia. Así, toma un electrón del siguiente átomo que encuentra cerca. Pero cuando un radical libre toma un electrón de otro átomo, éste se convierte entonces en un radical libre, porque ahora le falta un electrón.

Un radical libre inicia una cascada de nuevos radicales libres en el organismo. Los radicales libres se hallan desperdigados por todos lados, tomando electrones de las células y dañándolas, al mismo tiempo.

Cómo contraatacar el daño de los radicales libres utilizando a los antioxidantes

Los antioxidantes son la defensa natural del organismo contra los radicales libres. Son enzimas que patrullan las células buscando a los radicales libres. Cuando encuentran uno, lo toman y lo neutralizan, sin dañarse a sí mismas. Las enzimas antioxidantes detienen la invasión y sacan al radical libre de la circulación.

Las enzimas antioxidantes protegen al organismo al capturar a los radicales libres y, en una compleja serie de pasos, se encargan de expulsarlos fuera del organismo, antes de que causen más daño.

Es necesario tener en el organismo grandes reservas de vitaminas y minerales, especialmente de vitamina A, beta-caroteno, vitamina C, vitamina E y selenio, para elaborar enzimas antioxidantes que efectúen la neutralización. Si se padece deficiencia de las vitaminas y los minerales indicados, no se pueden crear suficientes enzimas antioxidantes. Ello permitirá que los radicales libres tomen la delantera y hagan más daño a las células, antes de que éstas los puedan controlar.

La oxidación no es lo único que puede generar radicales libres en las células. La luz ultravioleta de los rayos solares también puede hacerlo. La gente que se pasa mucho tiempo bajo el sol tiene más probabilidad de contraer cáncer y cataratas. Las toxinas de todo tipo: el humo del tabaco, las sustancias químicas naturales que se encuentran en los alimentos, los desechos del metabolismo y las toxinas que origina el hombre, como el aire contaminado y los pesticidas, también desencadenan la presencia de los radicales libres.

En promedio, cada célula en el organismo sufre el ataque de un radical libre cada diez segundos. La mejor protección es mantener elevados los niveles de antioxidantes. ¿Cómo? A continuación, se detallan algunas infusiones y jugos antioxidantes que se pueden tomar.

Infusiones antioxidantes

Infusión antioxidante #1
Ingredientes
2 cucharadas de tomillo
1 cucharada de menta
1 cucharada de romero
1/2 cucharada de salvia

Preparación
En una lata hermética o en un tarro oscuro, mezclar el tomillo, la menta, el romero y la salvia. Guardar en un lugar fresco, seco y oscuro.

Machacar una cantidad pequeña de la mezcla, reduciéndola a polvo fino, y tomar una cucharadita por cada tazón (250 mi) de agua. Poner en una tetera de cerámica precalentada, añadir 1 cucharadita «para la tetera» y echar agua hirviendo sobre las plantas. Tapar la tetera, y tapar también el pitorro con un corcho. Dejar reposar unos 15 minutos, colar y servir en tazas.

Infusión antioxidante #2
Ingredientes (para 2 personas)
1 tazón de arándanos
1 tazón de moras
2 ciruelas negras deshuesadas
2 cucharada de té verde, reposado y enfriado

Preparación
Verter el té verde sobre 1 taza de agua que esté hirviendo. Tapar y dejar refresar. Colar y reservar.

En la licuadora, extraer el zumo de los arándanos, las moras, y las ciruelas. Revolver mezclando con el té verde previamente elaborado y servir en vasos.

Jugos antioxidantes

Jugo antioxidante #1
Ingredientes
1/2 batata
4 ramitas de menta fresca
3 zanahorias
1 tallo de brócoli

Preparación
En la licuadora, extraer el zumo de la batata. Reservar. En otro recipiente, extraer el zumo de la menta, las zanahorias y el brócoli.

Cuando se haya asentado el almidón de la batata en el fondo del primer recipiente, verter cuidadosamente sobre la mezcla de zumo de zanahorias el zumo aclarado de batata, dejando el almidón. Desechar el almidón. Revolver y servir en un vaso.

Jugo antioxidante #2
Ingredientes
1 manzana
3 ramitas de perejil fresco
1 manojo tomillo fresco
1 manojo
1 zanahoria
2 tomates

Preparación
En la licuadora, extraer el zumo de la manzana, el perejil, el tomillo, la zanahoria y los tomates. Revolver y servir en un vaso.

Prueba esta bebida añadiéndole 1/2 cucharadita (5 mi) de polvo de curry o de cúrcuma, revolviendo.

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